Y
así cuando menos esperabas ahí estaba, en el lugar menos imaginado, menos
soñado, lleno de colores, atracciones y magia.
Nací
un 8 de abril de un año donde nada era claro y solo cambios rotundos rodeaba la
tierra, si me hubieran dicho como era este planeta, me hubiera quedado
revoloteando en el ovario (creo que más de uno hubiera deseado lo mismo, antes
de saber que le esperaría) de mi madre sin necesidad de ser tan inteligente de
esconderme en un lugar estratégico para llegar de primeras a la meta del ovulo
que fundaría mi vida y haría realidad el sueño de nacer.
Así
sin ningún preámbulo y queriendo mi madre que yo naciera, lo hice. Aclarando que
me quede dormida un rato más; en su vientre y haciendo que ella se desgarrara
de tanta fuerza que hizo para mi nacimiento. Su motivación según ella fue el
médico. Pfff!! Y yo me pregunto de donde Salí tan admiradora de la creación
varonil.
Nací
chiquitica y muy dormilona; como todos los bebes. Ñata, peli vela (ósea mona),
llegue cuando menos esperaban, es mas no me esperaban, ¿intrusa yo? O
pendejillos ellos que tuvieron un momento de pasión y no esperaban consecuencia
alguna después de esa noche o día de “locura”.
Comencé
a ver y descubrí que mi vida estaba rodeada de papá y mamá, de dos hermanos,
que me veían y se reían, pensé que se burlaban de mí, pero parece ser que
sonreían de felicidad. Cuando iba creciendo y a medida que iba viviendo,
aprendía a conocer que vivir de pequeño era diversión, juegos, amigos y
estudiar; mami tenía un dicho “si no
estudias no llegaras a ningún Pereira”; ha pasado mucho tiempo y aun no conozco
Pereira; y eso que estudie, te imaginas que no lo hubiera hecho.
Una
noche no muy oscura pero si acompañada de una luna grande y redonda de color
amarillo, descubrí que mami y papi no se llevaban muy, discutían entre ellos y
aunque no entendía nada aunque llore de melancolía, fui cayendo en la cuenta
que una pareja no va hacer feliz solo con la responsabilidad de unos hijos,
sino que deberían tener una base llamada valores, respeto, sinceridad, amor,
confianza y compromiso. Ir a un altar a jurar ante Dios; “el amor lo puede
todo, es paciente, es soportar, no es orgulloso, ni envidioso, lo soporta todo,
lo espera todo…”, es un compromiso de dos y no de uno, es una lucha de dos y no
de tres.
Pero
bueno eso es asunto de mis papis no mío, solo puedo asegurar algo, los papás
deben tomar decisiones por sus hijos y una de ellas es la tranquilidad y
felicidad que van a darles durante sus años de existencia. Y si esa
tranquilidad y felicidad no es estando juntos es mejor que se separen. Buen
padre o madre no necesita estar al lado de su hijo dando mala vida con
discusiones y atormentándolo con problemas que no saben resolver. Buen padre o
madre acompañara y apoyara en las buenas y en las malas a su hijo sin dejar de
ser su autoridad pero ante todo su confidente.
Pero
yo crecí en mi núcleo familiar. Mis hermanos siempre se burlaban de mi me
hacían chistecitos, o juegos que yo no entendía y me hacían asustar o hasta me
hacían caer de la cama para reír sin parar. El problema era que mi madre
después de mi no podría tener más hijos y yo no tendría con quien vengarme. En
todo caso eran mis hermanos y su amor lo demostraban con hechos, detalles, siempre
pendientes el uno del otro, cultivando el amor de hermanos y de esa amistad que
duraran para siempre.
Mami
se encargaba de enseñarnos como compartir entre nosotros, y creo que exagero,
porque ahora compartimos todo con la gente que nos rodea.
Entre
juegos, amigos y diversión, comencé a tener amigas. Amistades que sin pensarlo
y sin esperarlo durarían para toda la vida. Entre amigos y amigas fui creciendo
y allí comencé a descubrir que vivir era más divertido que soñar, y eso que amo
vivir en una nube imaginándome cosas, pero deja de vivir quien deja de soñar;
por ello cada sueño que soñaba, hacia todo por hacerlo realidad.
Tina
mi amiga de infancia disciplinada, llena de vida y rodeada de mujeres, porque
sus padres fueron inteligentes y se separaron siendo ella una chiquitina, pero
nació con el amor de los dos; su madre le enseño como ser toda una dama y su
padre la visitaba diariamente y le enseñaba como ser toda una guerrera. Tina
amiga de infancia, de sueños, de deporte y de estudio; hoy en día somos amigas
llenas de recuerdos y gratitudes. Y ella va paso a paso realizando sus sueños.
Llegando
al colegio y sin conocer a nadie, comencé la aventura de la responsabilidad y
quien iba a pensar que me rodearía gente con buenos hábitos y otras con hábitos
no tan buenos, pero que en mi vida yo sería quien soy y nada más. Algunos aun
cuentan la historia otros dejaron de contarla hace tiempo, personas tomaron la
decisión por ellos, otros tomaron la decisión por ellos mismo.
Asía
mi amiga del colegio se fue sin decirme un hasta pronto, pero dejo en mi
huellas imborrables, enseñándome amar a quien me ama, a no preguntar cuando no
te quieren contar, a querer a su familia como si fuera mía, a descubrir y creer
que la verdadera amistad si existe y que por más mentes perversa tenga el
mundo, hay personas como ellas que tienen valores intocables que resaltan al
brindar su amistad. Se fue porque así lo decidió ella. Y yo seguí viviendo.
Cuantas
personas nacieron sin saber que sería de ellos. Todas nacimos así!
Objetivos
claros metas claras, pasos lentos, pero seguros, más de uno va así en la vida.
Pero ante todo valorando cada cosa, persona, y animal que se cruza en su
existir. Y viviendo el presente sin temor a nada ni a equivocarse. Mi mundo un espacio que se explica en una
sola palabra: Felicidad. De todo lo que me rodea, de todo lo que veo, huelo y
disfruto desde que me levanto hasta la hora de dormir.
Y
sigo aquí caminando sin un lugar fijo, solo viviendo, teniendo claro que mi vida
se basa en crecer como ser humano, como mujer, en cada rol que tengo.
Llegando
hoy aquí. Aquí estoy en el lugar menos esperado, en el lugar menos imaginado,
menos soñado, lleno de colores, atracciones, magia, lista para seguir volando,
escribiendo y viviendo en este mundo de colores fuertes y llenos de nuevas
experiencias, un mundo que solo se vive una vez, dando el todo por el todo, y
sobretodo dando lo mejor de mí a quienes me rodean. Me desperté y era mi
cuarto.
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