Quiero ser como la Duquesa Cayetana de
Alba y, ¿por qué no? ¿Acaso, en qué somos diferentes? Ella es quien más títulos
nobiliarios tiene en el planeta, pero yo también los tengo; puedo ser la
Marquesa del Pacorá, o la Duquesa del Alto del Humo.
Ella se casó con Alfonso Diez y yo me mudé con
Fabio Díaz. Fue bautizada en el Palacio Real y yo en la iglesia de mi pueblo,
mayor que su novio 27 años y yo, mayor que el mío, también por lo mismo. Sus
padrinos fueron el Rey Alfonso Trece y
la Reina Victoria Eugenia, mis padrinos fueron dos diabéticos. Ella se casó
tres veces, en cambio yo, ninguna. Al banquete de su primer matrimonio, con
Luis Martínez de Irujo, en el Palacio de Dueñas asistieron dos mil quinientos
invitados, cincuenta cocineros, veinte chefs, veinte jefes pasteleros y del
coctel se encargó Perico Chicote. El generalísimo Franco no fue invitado al
jardín de rosas, geranios, y jazmines en el salón iluminado por dos mil velas
de cera de abeja.
La segunda alianza de Cayetana fue con
un doctor en Teología, 11 años menor, con quien vivió “un amor sosegado que le
hizo dizque alcanzar la felicidad absoluta.” Tana, como le dicen de cariño los
allegados, Duquesita de Montoro, nacida en 1926, en Madrid, decía que, Jesús,
su plebeyo ex jesuita, era un regalo del cielo. Y él contestaba:
-Me levanto con el alba y con la Alba-.
Con él, la duquesa, firmó ante notario la separación de bienes, Fabio y yo
también firmamos capitulaciones, pero no las registramos, lo hicimos para acabar
los chismes en mi empresa, pues los empleados decían que él iba por mi dinero.
Entrada
en los 85, la duquesa se casó por tercera vez, tras la instalación de una
válvula para solucionarle problemas de hidrocefalia e isquemia cerebral. Quizás
por eso, camino al altar, inocente, tiraba al viento el yugo de flores, y sus
acompañantes lo recogían, para reacomodárselo, y ella, tan campante, volvía a
tirarlo…
Cuentan los españoles, que al lado de su
tercer consorte goza con el flamenco, los toros y la pintura juguetona de
arlequines, yo también pinto… paredes, y paisajes y bailo danza árabe. Me
parece cruel la tauromaquia; los toros me gustan pero asados.
La duquesa hizo, de nuevo, donación,
mediante escritura a sus hijos, de su herencia personal e histórica, y Alfonso dejó
constancia, que no aceptaría ningún privilegio nobiliario o económico al
casarse y ni siquiera después de fallecer la duquesa.
En 1947 se le calificaba a la duquesa de
Alba como la segunda novia más apetecible de Europa, primero estaba la otra
novia del siglo: la Princesa Isabel.
La Tana exhibe colecciones del arte
Español en más de veinte palacios. La casa de Alba debido a herencias y
matrimonios es la casa noble Europea con mayor cantidad de títulos. Posee una
de las fortunas más grandes conformada por terrenos agrícolas, que superan las
34.000 hectáreas, cuenta con propiedades inmobiliarias, sociedades,
participaciones bursátiles..., en su biblioteca de más de 34.000 libros, se
destaca la Biblia de Alba de 1433 salvada de la Inquisición y la primera en ser
traducida al castellano, además cuenta con 21 documentos a mano alzada de
Cristóbal Colón. y pinturas de Tiziano, Rubens, Goya, El Greco, Rembrant.
Fabio
leyó que varios alcaldes españoles con su dinero compran, a nombre de su
pueblo, billetes de lotería, esperando ganarla para realizar una buena gestión
municipal, pues con lo de la alianza económica europea, quedaron tan pobres que
lo único que pueden hacer los alcaldes es
llorar…y llorar.
Existió otra Cayetana, la primera Duquesa
de Alba, quien se encaprichó, primero, con el Duque de Solferino, pero debido a
su muerte repentina, se casó con el papá del Duque: Conde de Fuentes o sea,
quedó en la familia, y al morir el duque papá, se casó en 1778, con el Duque de
Argos. La dinastía de los de Alba data desde 1472, por concesión de Enrique
Cuarto de Sevilla y olé.
A
la otra Cayetana, la de Silva y Álvarez, la segunda en ostentar el ducado por
derecho propio, musa de Goya, musa, que no moza; a sus doce años, su abuelo la
casó con un primo, no tuvo descendencia y adoptó a una niña negra a quien llamó
María de la Luz. La duquesa conocida como mecenas de Francisco de Goya, fue la
mujer más controvertida de la época, debido a su hermosura, sensualidad y vida
liberal. Aseguran que tuvo un romance con Goya quien la retrató en sus cuadros.
El se sintió desengañado debido a su carácter caprichoso. Se cree que fue la
modelo de la Maja Desnuda, otros lo niegan y dicen que fue una tal Pepita Tudó.
Juran que la Alba salía en las noches disfrazada de maja para disfrutar de las
diversiones vedadas a las señoras respetables, al sentirse muy atraída por
toreros y por hombres de condición social inferior. Se cuenta que veleidosa y
ostentosa, mantenía cierta rivalidad con la Reina María Luisa; ambas importaban
vestidos exclusivos de París. En una ocasión, Cayetana plagió un diseño pensado
para la Reina y vistió con la misma ropa a sus criadas, con el fin de
ridiculizar a la Reina y lo logró. Murió a los 40 años y heredaron sus bienes
libres, un hijo de Goya, María de la Luz y algunos de sus médicos y criados.
Dicen unos que murió de fiebre, otros que la asesinó un tal Godoy azuzado por
la reina María Luisa. En 1842 hubo que trasladar sus restos de la capilla de
los de Alba al cementerio de San Isidro y se descubrió que tenía las piernas
cortadas y le faltaba un pie.
A
la tercera duquesita, la roquera, la cortejaron príncipes y banqueros. Como a
su antepasada, Picasso quiso pintarla desnuda, pero a ella le gustaban más los
toreros; cuentan que vivió un romance con el sevillano Pepe Luis Vásquez, el
mejor torero de capa, pero el Duque papá la pilló y les cortó la relación. Las
tres Cayetanas, tenían el mismo cabello alborotado y dorado de león y las tres
se casaron con la misma tiara de diamantes y perlas. Cayetana, la veinte veces
grande, tuvo excentricidades que pudo permitirse gracias a su fortuna. Como
ella afirma: “hizo de su vida lo que le vino en gana”, por eso se fue a
Tailandia a pasar su tercera luna de miel. Señora que a sus 85 años se define
como una mujer apasionada y con carácter, que no renuncia al amor y que asegura
que: “en la vida hay que dejarse arrastrar por la pasión y ser feliz”.
En las playas de Ibiza, exhibió sus carnes
caídas, que se adivinaban a través de su bikini. Y en las playas de Formentera
cambió su calzón mojado por uno seco, tapándose hasta la cintura sólo con una
toallita de sus nietos, pues no quería pasear con el trasero húmedo. Su linaje
le permite no arrodillarse ante el Papa, ¿cómo no iba a hacer lo que le viniera
en gana? Si posee el record Guiness por tener más títulos que cualquier otro
noble y hasta es pariente lejana de la reina Isabel II.
Mi abuelo, José Restrepo y Franco, dueño de la
Loma de Pozo, casó con una pollita 50 años menor que él. Y a ella el portero
del hotel en San Andrés en donde pasaba su luna de miel, le dijo: “Niña aquí le
dejo su abuelito las llaves.”
La esposa del primer ministro de Irlanda del
Norte fue infiel con uno de 18 años, 39 menor que ella, a quien le regaló un
café bar, que el amante tuvo que devolverle al gobierno. Mi Fabio que no tenía
casa ni trabajo, ahora siendo yo su talismán, tiene una casa pequeña, un perro,
una moto, hace poco fiamos un carro y ahí me sigue llamando la misma boba para
asegurarme que él se va a casar con ella en julio.
Mi
vecina le lleva unas ganas … y el otro día no reparó en preguntarme: “Usted,
¿es la mamá de Fabio? Y he de vivir esta pasión, teniendo a Tanita
por ejemplo y aún cuando él me diga: “Mira
amor cuando mi mamá nació, tú ya tenías ocho años.”
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