lunes, 1 de abril de 2013

QUEDA PROHIBIDO EL DÍA DE NO IR A TRABAJAR. Por: Diana Fernanda Collazos Cortés


En el vigésimo sexto piso de un edificio de la calle 110, un hombre empujaba su carrito de la limpieza. Justo las seis de la mañana. El presidente de la empresa aún no llegaba y la oficina debía estar limpia antes de que el ejecutivo arribara.
Papeles regados por todo el piso, envolturas de dulces en la cesta de la basura, libros de economía en cualquier parte...todo muy normal.
El hombre recogía, ordenaba y limpiaba, y una vez termino se sintió muy fatigado.
« ¡Estoy tan cansado de esto! Todos los días tengo que venir y hacer lo mismo. Quisiera no tener que trabajar, no, de hecho, hoy no voy a trabajar más, volveré a mi casa y lo declararé oficialmente ¡el día de no trabajar!».
El conserje suspiró y regresó a la realidad, no era hora de andar fantaseando, tomó su carrito y siguió su camino.
Lo que nunca supo el conserje, fue que el hombre que estaba al lado de su oficina lo había escuchado todo. Él, pensando que su jefe había dicho esas palabras, decidió que el tampoco quería trabajar. Tomó su chaqueta y salió. La secretaria muy extrañada le pregunto a donde se dirigía, y él respondió:
«Pues a mi casa. Declaro que hoy es mi día de no ir a trabajar» y se fue.
La secretaria hizo lo mismo, pero no sin antes contarle a la recepcionista, al vendedor, al contador, a la señora de los tintos y al celador. A su vez, ellos también se fueron, pero no sin antes contarles a unos cuantos otros más, y así la noticia se fue regando por toda la ciudad.
A la hora ya todos los ejecutivos de los edificios adyacentes se habían marchado. A las dos horas, los empleados y secretarias también se habían ido. A las cuatro horas, los profesores se declararon en paro y a los estudiantes se les permitió volver a sus casas. A las cinco horas ya había un grupo en facebook bajo el nombre de: 'hoy no fui a trabajar' con mil seguidores. A las seis horas, ascendió a un millón de seguidores en todo el país.
El presidente de la república estaba navegando en su faceboook, cuando vio el grupo y que ya todos los otros ministros y gobernadores habían puesto ‘me gusta’. Entonces fue el presidente a poner ‘me gusta’, cuando las ventanas se cerraron y en la pantalla apareció un mensaje: «lo sentimos, hoy también es nuestro día de no ir a trabajar. Atentamente: los técnicos de su servicio de internet».
El presidente enfureció y mandó a llamar a todas las empresas de telecomuniciones, pero ninguna estaba trabajando.
En los hogares las familias estaban reunidas, los parques públicos estaban llenos, los niños corrían y jugaban mientras los adolescentes y los adultos se reunían en grandes círculos a charlar y a comer. Paradójico a esto, los centros comerciales, supermercados, cines, teatros y demás locales, se hallaban cerrados y vacios, pues nadie estaba trabajando.
El presidente llamó hasta a su jet privado para ir a conectarse al extranjero, pero no había ningún piloto trabajando, y así lo siguió intentando hasta las dos la madrugada, cuando finalmente se quedo dormido.
A las cinco, el reloj sonó como de costumbre, y aun sin haberse ido a bañar, el presidente convocó a todos los ministros y políticos. Mandó a sacar la constitución política que no usaba desde la campaña presidencial, y a las seis de la mañana hizo un comunicado a la prensa.
En el vigésimo sexto piso de un edificio de la calle 110, un hombre empujaba su carrito de la limpieza. Justo las seis de la mañana.
Terminó de limpiar la oficina y se dirigía a su siguiente parada, cuando llegó su jefe con un periódico en la mano.
«Ya lo leí expresó el ejecutivo lanzándole el periódico al conserje échale un ojo».
Con calma, el conserje desenrolló el periódico y observó la primera plana. 
«Vaya, que noticias tan extraordinarias las de este país» sonrió, y empujando su carrito salió de la oficina, dejando consigo un rastro de olor a detergente y aromatizante.
« ¡Extra! ¡Extra!: ley 1xxx del año 20xx: queda prohibido el día de no ir a trabajar».

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