30 de
noviembre del 2134
Ya han pasado
32 días desde que pudimos abandonar el refugio,
de las 40 personas que estuvimos confinados durante seis meses, solo
quedo yo. Creí que al salir de ese oscuro, y olvidado agujero, que al ver de
nuevo la luz del sol y sentir el aire en nuestros rostros; olvidaríamos
cualquier rivalidad o conflicto encontrado en nuestro confinamiento, y que nos
uniríamos más para luchar día a día por nuestra supervivencia. Pero no fue así.
Llegando al
final de la larga cuenta de los 60 días
luego de que escuchamos la última explosión, todo se convirtió en un caos;
ansiedad, porque podríamos salir de nuevo al no escuchar ninguna otra explosión
posterior, y desesperación, al no tener agua ni comida para los últimos 3 días.
Así que al llegar al séptimo día de la octava semana,todos detonaron en
euforia, ya que esta no era la única vez que se había comenzado el conteo, pero
por fin se había llegado hasta 60, así que
la euforia fue grande, y más aún cuando la gran puerta metálica se abrió
lentamente, y dejo filtrar unos pocos rayos de luz. Todos nos abrazamos y
reíamos como no lo habíamos hecho en un buen tiempo; pero cuando estas
sumergido en la desgracia, a veces lo único que recibes es más desgracia.
Por fin
salimos de allí, el viento te quemaba y la luz del sol te azotaba la piel con
un calor extremo pero se sentía bien, realmente bien, después de solo ver cuatro paredes durante
seis meses. Luego muchos corrieron lejos, otros solo se alejaron de la entrada
y unos pocos regresaron al refugio, tal vez sus ojos no encontraron lo que
querían ver, pues solo un paisaje desértico se encontraba frente a nosotros,
antes no había muchos árboles allí, pero si edificios altos y muchas casas; y
ni de eso había rastro ya.
Luego los
rostros cambiaron, ya no había sonrisas; todo eso cambio por llanto, desolación
y tristeza; todos se dispersaban pero yo traté de reunirlos y mantenerlos juntos
para la travesía que debíamos empezar, puesto que ya no había alimentos ni
agua, y éramos muchos, algún plan podíamos idear para tratar de sobrevivir
ahora sin un refugio. Mis llamados no fueron del todo en vano, logré reunir a
15 personas y entre todos decidimos avanzar y tratar de buscar algún otro
refugio que aun tuviese comida y agua; así que buscamos entre los pocos
escombros que podíamos divisar y ahí empezó nuestra travesía.
4 de Diciembre
del 2134
Solo han
pasado 5 días desde que salimos del refugio, no hemos encontrado ningún otro;
hemos tenido suerte de encontrar unas latas de garbanzos y algunas otras de
atún, estaban bajo unos paneles de metal con unos escombros, lo cual las hace
aún comestibles. Pero no hemos podido celebrar por el hallazgo ya que ahora
solo somos 12, los tres mas ancianos no sobrevivieron al inclemente sol en el
día, al abrumante frio en la noche y a la eterna desesperación.
6 de Diciembre
del 2134
Hoy hemos
salido de nuevo en nuestra interminable búsqueda, he divisado una silueta a lo
lejos, creo que es un halcón o buitre, aún no lo se, pero es el primer ser vivo
que diviso a parte de mis acompañantes. Mi intuición me dice que deberíamos ir
en esa dirección, pero yo he sido el único que lo he visto, y no todos creen en
mis palabras, entiendo que en esta situación cualquiera puede alucinar o llegar
a la locura, pero estoy seguro de que lo he visto, y como no reconocerlo, si lo
único que hay a mi alrededor es polvo, algunos escombros y rostros desolados.
9 de Diciembre
del 2134
Si mi cuenta
no esta mal y mi pequeño calendario no me falla, ya son casi 10 días que
estamos caminando, ahora solo somos 8; 4 más han sucumbido a la caminata,
además he visto esa silueta tres veces más; pero ellos aun no deciden seguirme
en busca de ella, mi instinto me impulsa bruscamente a correr hacia esa
dirección, pero mi apego a la compañía y mi temor a la soledad me lo impide.
Pero sé que si esa ave aun vuela en estos parajes tan desolados, de alguna
manera debe sobrevivir; aunque espero que no sea devorando cadáveres.
Creo que no me
he dicho mi nombre desde que decidí documentar lo sucedido, y mi travesía. Mi
nombre es James Smith, solía ser un estudiante
de astrobiología y cerca de mi graduación (justo en esta época); pero la
guerra llegó más rápido de lo que esperaba, rumores alcanzaban a nuestra ciudad
acerca de que el conflicto estaba justo en las fronteras de nuestro país, que había temor de una invasión; porque a pesar de ser un país enfocado en el
crecimiento intelectual y no en el armamentista, estábamos en medio de la
guerra de dos continentes, que luchaban solo por el domino del otro. Así que
allí llego nuestra desgracia, justo cuando los primeros bombarderos entraron a
la cuidad luego de que el dirigente mi país no se rindiera frente a amenazas de
fuego; justo allí, cuando las primeras bombas quark[1]
nada quedo en silencio, solo el silbido de las bombas al caer y el sonido de
las explosiones del arma más mortal y radioactiva que jamás creo la mente
perturbada de un ser humano. No hubo silencio hasta el día que encontré este
viejo libro en blanco y comencé a escribir con un lapicero que guardaba en mi
morral.
Y si algún día
me preguntaran porque decidí escribir, diría que simplemente debía relatar el sufrimiento
de un simple ser humano que padeció una guerra, que acabo con todo y que fue
totalmente ajena a él, que solo fue víctima de la ambición y el odio de unos
cuantos que poseen poder de fuego.
13 de
Diciembre del 2134
Hoy ha sido el
peor de los peores días de mi vida, mis compañeros se han ido, no quisieron
seguirme esta mañana cuando vi de nuevo aquella silueta en el horizonte que
sobrevolaba lenta y calmadamente, como si no se preocupara por el mañana; ellos
decidieron dejarme a un lado para que siguiera mis impulsos, a pesar de que yo
fui quien los alentó a seguir juntos. Pero no los condeno, solo al ver sucumbir
a 7 de nuestros compañeros, cualquiera decidiría ir en otra dirección y seguir
a otro antes de que todos tengan el mismo fin.
Así que estoy
solo, uno de mis más grandes temores se ha vuelto realidad, pero a la vez tengo
libertad, y sé que al tomar una decisión seré solo yo quien sufra sus
consecuencias; por ende iré hacia donde mi intuición y coraje me dirijan.
16 de
Diciembre del 2134
A pesar de que
fui en la dirección de aquella ave, no volví a verla, no importo cuanto avance,
no la pude hallar. A mi paso observe varios cadáveres, la mayoría
sobrevivientes como yo, pero deformados y desfigurados por las intensas
radiaciones; pero unos pocos como yo, que supieron muy bien qué hacer y
lograron evadir la horripilante radiación, pero que al final no lograron
sobrevivir.
Aunque mi
búsqueda no dio los resultados esperados, tuve suerte; encontré una pequeña
edificación que logro quedar en pie, y encontré una despensa escondida en el
sótano, sellada y llena de alimentos y suministro de agua. Volví a sonreír
luego de muchos días.
17 de
Diciembre del 2134
No obstante la
noche anterior escuche sonidos extraños fuera de la edificación, trate
sigilosamente de encontrar su fuente, y observe una forma que había dejado de
ver hace varios días, era la silueta de un humano, quise correr a socorrerlo,
pero recordé que no estaba con mis compañeros y que probablemente no sería uno
de ellos, pero si podía ser algún otro sobreviviente tal vez con residuos de radiación,
así que me acerque lo mas que pude y mis ojos se horrorizaron al ver la más lamentable
y demacrada mujer, tal vez estaba marcada por la radiación, pero sus ojos me
cautivaron y me lanzaron a socorrerla.
Esa noche le
di de beber y de comer, me relató su terrible historia, como sobrevivió pero
como sufre ahora, su nombre era Jaine, encantadora y cautivadora, me hizo
sentir completo y tranquilo, a pesar del inminente riego que yo corría, pero
del que yo no quería escapar. No sé si era por mi soledad, o por la tristeza
que me causo la perdida de mis compañeros, pero no me importo que estuviera
marcada y literalmente sentenciada a morir por la radiación, quería compartir
esos momentos con ella.
Me confesó que
se dirigía tras las montañas que yo también estuve siguiendo en busca del ave,
me advirtió que habían llegado rumores a algunos refugios que tras esas
montañas había edificaciones en pie y había muchos sobrevivientes, que debía
dirigirme hacia allá. A pesar del poco tiempo que compartí con ella sentí una
conexión gigante por que también estaba en mi misma condición y tal vez me
brindó afecto cuando ya no veía futuro a mis pasos y decidió compartir la
comida que le brinde y el agua que había encontrado. Esta mañana se sumó a la
cantidad de cadáveres que vi, lloré y mucho, no la conocí ni lo más mínimo y no
hablamos mucho, pero me dolió demasiado su pérdida. Me enseño y me mostró que
aún había camino que recorrer y que aún había esperanza.
En el cuento tienes que tener cuidado con los detalles que se te pasen por alto para describir lo que el personaje ve, y así podrás hacer que el lector se apegue a la vida que tu le des al personaje.
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