Desde que me desperté estaba mirándote, ya la luz de la ventana se
asomaba y tu cara se iluminaba con cada resplandor que se colaba entre las
nubes, de vedad que era fascinante verte así, tan sereno como cuando nos
conocimos y de inmediato recordé aquella tarde en la que nuestras miradas se
encontraron…
Justo cuando hacia una retrospección hacia nuestro pasado te despertaste
y solo atine a decirte: “hola, ¿cómo soñaste?”, tu devolviste la mirada y no
contestaste nada solo te paraste y te fuiste a la ducha, entonces recordé que
desde hace un buen tiempo ya no hablamos como antes ya tu mirada es distinta y
tu comportamiento inusual; recogí entonces las sabanas y me incorpore
rápidamente para hacerte el desayuno, pues no quería enojarte. Después de un
rato ya estabas listo para irte al trabajo,
era tarde y por tal razón no pudiste desayunar, saliste un poco apurado
y ante mis palabras de despedida tu atinaste a decir: “si, si, si, ya se,
además siempre me va bien…” y ahí estaba
yo, sola de nuevo, esperando que tu figura se desvaneciera al cruzar la calle,
esperando que tú, tal vez, me dijeras hasta pronto, te voy a extrañar (como si
eso fuese propio de ti) y entonces una sonrisa macabra se asomó en mi rostro.
Entré en la casa y empecé a hacer los oficios de todos los días, pero
esta mañana era distinta, esta mañana el recuerdo de un bonito pasado se
asomaba en mi mente, recordé los días en que éramos novios, recordé tu ternura
y paciencia que parecía, habían sido un espejismo del ayer, recordé el día de
nuestra boda y los planes que teníamos para los hijos que nunca llegaron, luego
recogiendo el desorden, encontré esa vieja foto que nos tomamos en aquel
parque y a la par que observaba aquella
mujer feliz llena de vida y energía, una sobra se asomaba en el espejo de la
sala, esa no parecía la misma mujer, esta última estaba maltratada, no solo
físicamente, también su alma estaba agonizando, el brillo de los ojos no era el
mismo; simplemente ya no era, la felicidad se había esfumado y a cambio dejó
una piltrafa humana que más bien parecía una burla macabra a la persona que
estaba en la foto, entonces comprendí que ya no te quería más, que aunque
quisiera hacer el esfuerzo no podía comprenderte más, pues mi fuerza se la
llevaron tus golpes, por eso hoy te escribo, para despedirme, para darte el
ultimo adiós, aunque pueda parecer cobarde de mi parte, la verdad no importa
mucho el medio por el cual me despida pues de todos modos parece no importarte,
quiero que sepas que soporte lo que más pude, por amor a ti, pues en verdad te amé,
que te perdono y me perdono, pero mi cuerpo y mi alma ya no dan más, ya el daño
es irreversible y hoy solo quiero descansar,
para cuando termines de leer de seguro tendrás hambre y estarás cansado,
por eso en el horno esta la comida y en la cama las camisas planchadas para
mañana, solo te pido un último favor, dile a mis padres que los amo y lo
lamento, se feliz sin cometer los mismos errores del pasado y de vez en cuando
llévale flores a mi tumba solitaria, hasta siempre…
“Dedicado a todas aquellas mujeres víctimas de violencia intrafamiliar”
Paola A. Galeano H
Muy bien! Es maravilloso tener alumnos con el lado sensible que demuestras en este cuento. Adelante!
ResponderEliminarMuchas garcias por leerlo!
ResponderEliminarUn placer leer obras tuyas
EliminarExcelente mi Pao… y aun más la dedicatoria para aquellas mujeres que aun sufren este flagelo! Un abrazote.
ResponderEliminarWauu!! Está fantastico pao , como le das ese sentimiento y lo inesperado que puede ser lo siguiente que lees.... Te felicito has hecho un fantastico trabajo .
ResponderEliminarEspero que muchas personas que viven estas vidas de desdicha y no se dan cuenta o no tienen el como ni el valor para hacerlo,puedan poco poco salir de este trato tan arcaico , déspota y fatal (steffania)
Esta muy bueno sigue asi
ResponderEliminarpaoo no me sorprende lo bien que escribes, pues sabes que siempre admire ese don de redactartan profundo y real, felicitaciones esta excelente este relato es muy comun y real en el diario vivir. Un beso
ResponderEliminarme conecte en el inicio, llegue a mirar asi a una persona en especial cuando me levantaba de la cama, era bonito ver su rostro antes de irme a trabajar, aun tengo esa iagen de la ultima vez que la vi al lado de mi cama,entre suspiros la esuche roncar y llevar su pleno sueño, solo tuve una sonrisa junto con un pensamiento que decia me alegra que estes aqui, cuando ella desperto ya todo hiba encaminado a ser la ultima vez que la viera amanecer al lado mio, fue gratificante recordar todo eso.
ResponderEliminargracias.
Gracias a ti por leerlo
ResponderEliminarEn realidad esta muy bueno, te felicito. Es crudo aceptar que la violencia también llega a nosotras sin un pretexto y sin un porqué. Violencia que día a día va creciendo y que sin darnos cuenta hacemos caso omiso a lo que ven nuestros ojos.
ResponderEliminarte felicito :)
ResponderEliminarJejeje, hasta que por fin lograste entrar, gracias por leerlo!
EliminarGracias a todas las personas que se tomaron el tiempo para leer mis palabras, votaron, que lo compartieron y que de una u otra forma vieron en este cuento un voz de protesta contra el maltrato a las mujeres y sentaron su precedente, mil y mil gracias!
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