jueves, 21 de marzo de 2013
EL GUÍA DE LA DIVINA PROVIDENCIA. Por: Alexander Ferms De Medellín
30 agosto 2003
EL GUÍA DE LA DIVINA PROVIDENCIA
Un hombre caminaba solo desde Antioquía hacia Matusalén y encontró en su camino a otro hombre que estaba descansando bajo la sombra de un árbol gigantesco. El hombre del árbol se atravesó al paso del caminante y dijo:- ¿Hacia dónde vas?, El caminante respondió: - A nadie le interesa saber a dónde voy -, el hombre insistió: -Es un camino muy peligroso, ¿a dónde vas?-, el caminante respondió: - Eso no te interesa, solo voy y solo llegaré -, el hombre resignado dijo:- Al Señor del cielo si le interesa...- y desapareció...
El caminante siguió su curso y no prestó caso a la advertencia de aquel hombre del árbol, sin embargo pensó en la última frase del hombre: “Al Señor del cielo si le interesa...” y de repente volvió hacia atrás, el camino era diferente y el árbol había desaparecido junto con el hombre, el caminante se confundió y desesperado miró hacia todos los lados y dijo: -¿Hacia dónde voy?- ¡Este no es el camino hacia Matusalén!
El caminante se vio impotente, y se imagino muerto en el desierto y devorado por buitres. Se avecinaba una tormenta de arena hacia donde él se encontraba. El hombre se angustió y suplico ayuda del cielo, pero ya era demasiado tarde, la tormenta ya estaba cerca y se lo iba a llevar a su paso. El hombre del árbol vio la angustia verdadera del caminante y le dijo: - No es bueno que pretendas estar solo, déjate guiar - el caminante en principio desconfió, pero luego cayó en razón, pidió perdón al Señor del cielo y respondió la pregunta sin que nadie se la hiciera: - Yo voy hacia Matusalén-
COMPOSICIÓN ORIGINAL - Género: Cuento corto (Escrito Inédito)
Autor: Alexander Ferms De Medellín
AFMcCSSDeM
Página 2
Autor Original
En ese momento, un rayo de luz incandescente se desplegó desde el cielo, apaciguó la tormenta y mostró el camino a aquel hombre angustiado y confundido. Luego el Señor se dirigió hacia él y le dijo:
- No importa a donde vayas, no importa con quien vayas, contigo siempre estaré...
- No importa el camino, ni la distancia, ni el lugar, contigo siempre estaré...
- Si estás solo e indefenso, contigo siempre estaré...
- Dónde quiera que vayas, siempre te acompañaré,.. En las buenas,.. En las malas... contigo siempre estaré,.. Pero si tú no confías en mí, sólo estarás...
Y finalmente el caminante llegó a su destino, y nunca más volvió a desconfiar de Dios y su infinito poder.
FIN.
ALEXANDER FERMS DE MEDELLÍN.
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